Getafe: ¿Capital de Madrid?

No es ninguna novedad el interés del alcalde socialista de Getafe, Pedro Castro, por convertir al municipio en la capital de la Comunidad de Madrid. Fue en 2006 la primera vez que el regidor manifestó públicamente esa extraña voluntad, y ya de aquellas se levantó un revuelo político. La oposición saltó a la yugular de Castro; otros municipios de alrededor le trataron de loco y las críticas le llovieron desde todos los rincones del espectro político.
Esta vez, Pedro ha vuelto a hacer de las suyas. En un reciente artículo de su blog (diario personal en Internet), el alcalde ha vuelto a pedir la capitalidad de su municipio para la comunidad autónoma de Madrid. Pedro Castro opina que Madrid necesita una capital “nueva, moderna, activa y competitiva, fuera del centro geográfico e histórico, congestionado y saturado”, refiriéndose al municipio de Madrid.
Sin duda suena romántico el que Getafe -una ciudad pequeña si tenemos en cuenta al vecino tiene al otro lado de la escalera- pretenda arrebatar la capitalidad de la comunidad a la arrogante Villa de Madrid, capital de España, que todavía no ha perdido sus aires imperiales de la época aquella en la que nunca se ponía el sol. La idea disgusta a quienes asumen como si un dogma de fe se tratara que Madrid es el centro indiscutible de todo lo divino y humano.
Lo que hay que reconocerle al alcalde es que desde luego referentes no le faltan. Como el mismo recuerda continuamente con paciencia, en Estados Unidos no es infrecuente que ciudades más pequeñas sean las capitales de sus estados, aunque haya ciudades mayores que les hagan sombra. Albany, de 100.000 habitantes, es la capital del estado de Nueva York, mientras que la ciudad de Nueva York, con sus ocho millones de almas, no es capital de nada, pese a ser la ciudad más poblada de Estados Unidos y el centro indiscutible de su economía. En España tampoco faltan ejemplos. La capital de Extremadura es Mérida y la de Galicia es Santiago de Compostela, pese a que ninguno de esos dos municipios es siquiera capital de provincia.
Visto esto, tal vez no sea tan disparatado darle a Getafe la capitalidad; o ni siquiera eso, ya que lo que Castro pretende es repartir las competencias de la Comunidad de Madrid en diversos municipios de la periferia. El problema de todo esto es que a la vista de los ciudadanos la propuesta parece más una bravata; un proyecto particular del regidor -que a veces peca de megalomanía- y no tanto una aportación constructiva, razonable y consensuada.
Detrás de todo esto está la política, el discurso permanente del defenestrado PSOE madrileño de que el gobierno conservador de Esperanza Aguirre se olvida del sur. No hay duda que a Castro le gustaría que la “lideresa” tuviera su despacho en algún lugar al otro lado del Río Manzanares. Por otra parte, este político, que lleva a la cabeza de la ciudad desde 1983, cuenta con el aval de haber puesto a Getafe en el mapa de la modernidad. De ser solamente conocido como aquel pueblo donde había aviones y que estaba a la salida de la carretera de Andalucía, Getafe es hoy Capital del Sur, ciudad universitaria, nucleo industrial de vanguardia...
Nadie puede negar que esta ciudad ha experimentado un progreso espectacular, pese a vivir siempre a la sombra de Madrid. Hoy en día tiene su propio teatro - que cumple ahora diez años y por el que han pasado artistas reconocidos a nivel internacional-, tiene una de las mejores universidades de España -y está proyectada otra más-, tiene una catedral y su propio obispado, acogerá el museo de la aviación más importante de Europa -diseñado por el arquitecto de vanguardia Norman Foster-. También tiene -por qué no decirlo- un equipo de fútbol de primera división, que a menudo pone en aprietos a los más grandes y lleva dos años consecutivos rozando la Copa del Rey.
Ahora el municipio, con su alcalde a la cabeza, quiere dar un paso más. Está bien que lo intente, pero siempre que vaya a beneficiar a los getanfeses y a los madrileños, y que no sea un instrumento de confrontación política. Getafe ya es Capital del Sur y Capital de la Aviación y no lo está haciendo mal. Se merece esta oportunidad.