domingo, 21 de junio de 2009

Tristes

Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes , tristes.


Desde 1993 se produjo un relevo en la dirección de la banda terrorista ETA. Mikel Antza pasó a ser jefe del aparato político de la organización y expresó el fracaso de las negociaciones con el Gobierno. Aquel funesto año ETA practicó la abyecta doctrina de la “socialización del sufrimiento”, consistente en involucrar forzosamente a los ciudadanos del País Vasco en el conflicto nacional y negociar con el resto de fuerzas nacionalistas un proceso de autodeterminación a medio y largo plazo en el que la izquierda abertzale estuviera adecuadamente representada.
En otras palabras, la “socialización del sufrimiento” supuso la comisión de atentados en territorio vasco contra objetivos políticos, para amedrentar a la oposición al nacionalismo y al mismo tiempo familiarizar a la sociedad con la violencia y reforzar así el discurso del conflicto.


Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes


En 2002 el Parlamento aprobó por aplastante mayoría una Ley de Partidos, iniciativa inédita en España desde los tiempos de la dictadura franquista. Como consecuencia de la ley, los tribunales forzaron a la clandestinidad a los militantes de Herri Batasuna y diversos partidos que surgieron después: Euskal Herritarrok, Askatasuna, Aukera Guztiak, PCTV... Se llegó a ilegalizar un partido histórico en la historia de España -ANV- cuyas milicias colaboraron en la defensa de Madrid durante la Guerra Civil.
En 2009 se puso de manifiesto la inseguridad jurídica de la ley cuando, por motivaciones estrictamente políticas, casi se ilegaliza Iniciativa Internacionalista, partido totalmente ajeno al terrorismo tal y como ha reconocido el Tribunal Constitucional.
La voluntad del Gobierno de ilegalizar las ideas, así como la negación de una oportunidad a la palabra, ha acorralado a los violentos en una espiral de la que solo saben (y quieren) salir a tiros. Varios cientos de miles de ciudadanos han perdido sus derechos civiles sin que con ello otros tantos vean garantizados sus derechos fundamentalísimos: el derecho a la vida, a la seguridad personal y a la integridad física... ETA ha sobrevivido y Egunkaria no. ETA usa balas y Egunkaria usaba palabras.


Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes

El 19 de junio ETA abrasó en vida a Eduardo Pueyes, miembro de la Policía Nacional y agente activo en la lucha antiterrorista. Su viuda -transida pero firme- comunicó claramente el balance de la "ekintza": lo único que lograron los terroristas fue dejar una viuda y dos huérfanos. En el funeral, todavía tuvo la entereza de esbozar una sonrisa y despedirse con un "adios, amor mío".


Poema de Miguel Hernández.

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