lunes, 12 de octubre de 2009

Vampiro

Desde tiempos inmemoriales los vampiros, seres antropófagos descendientes de Caín, toman las calles aprovechando la nocturnidad y desarrollan su particular lucha por el poder. No es un grupo homogéneo: los hay disciplinados y discretos, que gustan de disimular sus ataques hacia los humanos; los hay salvajes, que disfrutan entrando en frenesí y dando caza a las personas, a las que no dudan en calificar como alimento; también los hay anarquistas, que reniegan de cualquier organización social reglamentada y sólo se agrupan para sobrevivir. A todos les une la necesidad cotidiana de sangre y su rechazo a la luz, lo que les provoca el forzado letargo durante las horas diurnas.


En una noche cualquiera de vampiros todos deambulan por la ciudad poniendo en práctica sus disciplinas mágicas (quimerismo, taumaturgia, dominación, animalismo...). Los pactos y las traiciones son cosa cotidiana: puede ocurrir que un tal Pandemonium embrutecido arranque de un zarpazo el techo de mi vehículo "aparentemente bueno", o bien que un Chino Encascado chupe la sangre de su "rebaño" de humanos dominados, a la espera de una misión de su mentor. En la misma noche puede ocurrir que un Nosferatu hediondo y ofuscado se dedique a fabricar artefactos pirotécnicos caseros o que un vampiro mudo, alopécico y con muy mala uva recorra las calles empalando otros vampiros o robando botellas de Whisky... cualquier cosa puede ocurrir: todo depende de lo que digan los dados, aunque también de nuestras decisiones, y sobre todo de nuestra imaginación y la del Máster.
A quienes hayan llegado a este punto, les pido tranquilidad, que no se me ha ido la pinza. Estoy hablando de Vampiro La Mascarada, un juego de rol que últimamente nos tiene entretenidos unas cuantas tardes...

No hay comentarios: