domingo, 29 de noviembre de 2009

La mirada del asesino de una niña de tres años

Hay Declaración Universal de los Derechos Humanos, hay Constitución Española, y ambos documentos reconocen el derecho a la presunción de inocencia. Nadie puede ser acusado de un delito mientras no lo dictamine un tribunal y esa decisión sea inapelable. Por supuesto, la presunción termina porque el magistrado de ese tribunal sentencia teniendo presentes las pruebas incriminatorias.
Todo esto se convierte en una entelequia delirante cuando un medio de comunicación respetable se salta por alto la presunción. Tan solo una "mirada" y un informe médico provisional que sugería una posible agresión sexual fueron suficientes para que varios medios de comunicación acusaran a Diego P.V. de asesinar a la hija de su novia.



Esto no llega ni a la categoría de "juicio paralelo", ya que el "juicio" mediático ha investigado, instruido y sentenciado el caso en unas pocas horas; antes incluso de que los tribunales ordinarios iniciaran el auto judicial. Eso sí que son "juicios rápidos".
Una vez el caso llegó a la justicia, el magistrado no sólo puso en libertad sin cargos al presunto culpable (al culpable indiscutible según muchos medios) sino que encima negó las quemaduras y la violación, atribuyendo la causa de la muerte a un accidente. Todo esto, con un detallado informe forense en la mano, no con la observación supercicial de un facultativo de Urgencias.
ABC, como muchos otros, ha rectificado hoy. Eso sí, en un espacio mínimo de la portada, en el no asumen ningún tipo de "mea culpa" por el linchamiento mediático al que sometieron al joven y achacan la culpabilidad a "un error" (de los médicos, por supuesto, no de la prensa). Por lo menos ahora le llaman "presunto" culpable, aunque lo cierto es que ya ni siquiera es "presunto" nada, ya que desde el mismo auto inicial del proceso el juez afirma que "no existe indicio alguno que permita afirmar, y ni siquiera sospechar, que la menor fallecida hubiese sufrido agresión sexual alguna". Desde luego, mucho menos que el susodicho "presunto agresor" tenga algo que ver.


Esta es la crisis del periodismo, que no hace más que reflejar la crisis cotidiana del sistema. La actualidad mediática es tan efímera que mañana el tema se habrá olvidado. Apuesto que en unos años todavía habrá quien señale a Diego P.V. por "supuestamente" asesinar y violar a esa niña que murió tras caerse un columpio.

2 comentarios:

pepeluis dijo...

Completamente de acuerdo.
La poca verguenza del diario ABC de declaralo "asesino".
Como mínimo debería ser expedientado el director y la periodista que se quiso ganar un tanto con esa portada de prensa amarilla.
Qué bajo ha caido un diario del prestigio del ABC, y otros muchos que no han esperado la autopsia.
¿Quén le va a pedir disculpas esa persona?

Daniel dijo...

Yo creo que la asunción de responsabilidades por parte del director y las personas responsables de la portada (no necesariamente la redactora) se debería dar por descontada.
Pero desde luego mucho más urgente e inmediata debió ser la rectificación en el número siguiente, ocupando el mismo espacio y relevancia que la noticia a rectificar, tal y como exige la ley para estos casos.

Un saludo.