domingo, 24 de febrero de 2008

Pluralidad de partidos

En la actualización de esta semana pensaba continuar con el análisis de la legislatura socialista. Si alguien esperaba leer esto ahora le pido disculpas pero he decidido posponerlo un tiempo más, hasta el fin de semana que viene, ya que esta semana he vivido dos experiencias relacionadas con la campaña electoral y me parece más oportuno tratar sobre eso ahora.
En primer lugar, he recibido en casa la carta que remite la Delegación Provincial del Censo Electoral de Cádiz para que pueda ejercer mi derecho al sufragio en las próximas elecciones al Congreso, el Senado y el Parlamento de Andalucía, pese a no encontrarme viviendo donde estoy censado. La cuestión es que al abrir el sobre me abrumó la avalancha de papeletas que se me ofrecían y no pude evitar reflexionar sobre ello: dieciocho listas de candidaturas para el Congreso de los Diputados, solo en la provincia de Cádiz, más otras tantas para el Senado (por no contar todos los partidos y coaliciones que se presentan para el parlamento autonómico andaluz). ¿Por qué desde los medios de comunicación se insiste en ofrecer las elecciones como una decisión dual (PP vs PSOE)? Entiendo que al se
r los dos únicos partidos con posibilidades reales de gobernar España se centre más el debate con ellos, pero no hay que olvidar que desde la oposición parlamentaria también se propone, también se legisla y se apoyan o rechazan las iniciativas del partido mayoritario (o mejor dicho, del partido minoritario más votado, que no es lo mismo).
Existen cientos de partidos políticos registrados en España y once con representación parlamentaria. Creo que todo esto es un activo que debemos proteger para nuestra democracia y huir del bipartidismo, que limita considerablemente nuestra capacidad de elegir y vacía de contenido la democracia, otorgando demasiado poder a dos únicas formaciones políticas, con sus intereses privados y el apoyo de los poderosos detrás. Uno de los factores que condicionan
los bajos niveles de participación política es que buena parte de la sociedad ha interiorizado que cualquier cita electoral es una pugna entre dos gigantes. "Los dos partidos son iguales, así que paso de votar", es una frase recurrente entre los abstencionistas. Iniciativas como el debate electoral de mañana -al que sólo concurren dos líderes- contribuyen a que esto continúe así.

La segunda de las cosas que me han ocurrido esta semana fue asisitir a la apertura de campaña de uno de esos partidos que se presentan como alternativa al bipartidismo imperante. Se trata de Unión, Progreso y Democracia, un partido surgido del entorno de la asociación cívica Basta Ya, fundado por la ex-eurodiputada socialista vasca Rosa Díez y apoyado por personalidades como Mikel Buesa y Fernando Savater. El acto tuvo lugar en el Matadero de Arganzuela (Madrid) el pasado miércoles y contó con una asistencia modesta, de un centenar de personas a lo sumo.
Durante las intervenciones, los conferenciantes demostraron la debilidad con la que cuenta todavía el partido. A la hora de comentar los puntos fuertes de su programa, prácticamente se limitaron a criticar la política antiterrorista del gobierno actual, pedir la ilegalización de ANV (junto con la disolución de los ayuntamientos donde están presentes) y seguir una política de no negociación con ETA. Fuera de ese discurso, las únicas propuestas que se plantearon fue apoyar la asignatura de EpC (según Savater, como solución a largo plazo contra el fascismo nacionalista) y una política económica tendente a paliar la desigualdad (una de las pocas partes del discurso que despertó el interés de los ancianos que allí se encontraban).
La sensación de que este partido se presenta a las elecciones sin un programa integral se confirmó cuando una de las intervinentes -candidata en la lista por Madrid- confesó que debido al poco tiempo transcurrido entre la fundación de las siglas y la cita electoral no fue posible redactar un programa más concreto y completo, por lo que UPyD se presentaría ante los electores con una serie de "orientaciones" y "principios". Aun así, Mikel Buesa presentó la candidatura como "la tercera opción política que aun no existe en nuestra democracia" (parece que estos también se olvidan de IU) y confió que algún día Rosa Díez sería la primera presidenta del gobierno español. De ilusiones también se vive.

Más allá de lo que se dijo, en el acto se notó la falta de experiencia en la organización de este tipo de eventos. Las intervenciones fueron demasiado abigarradas, solemnes y académicas. El partido no organizó un mitin al estilo contemporáneo, con música, animación e intervenciones cortas y directas. Parece que los oradores -que vienen del mundo de la universidad- no tenían muy claro a qué tipo de público se dirigían. La presencia mediática fue nula; no había cámaras de televisión y sólo pude ver dos fotógrafos (al menos uno sería de su propio gabinete de comunicación). Me atrevería a asegurar que esto fue intencionado, pues de la misma manera que unas horas antes de la celebración del acto este no estaba publicitado en la página web, es probable que ni siquiera se preocuparan de enviar convocatorias a los medios de comunicación. Aun así, algún orador se lamentó de la marginación que sufren por parte de la prensa.
Para terminar, la identidad corporativa del partido es bastante pobre. El himno tenía una pregnancia y un atractivo muy pobre (el estilo casi recordaba al "amo a Laura") y no repartieron ningún tipo de "merchandising" con la identidad del partido. Mi pronóstico para este partido es que se puede dar con un canto en los dientes si obtiene un solo diputado, aunque lo más probable es que se queden sin representación parlamentaria; lo cual es una lástima ya que sería interesante ver a un filósofo de la talla de Fernando Savater interviniendo en el Congreso de los Diputados.

(P.D: El próximo fin de semana sin falta termino el análisis de la legislatura socialista que inicié la semana pasada)

No hay comentarios: