domingo, 4 de mayo de 2008

2 de mayo: ¿Nacimiento de una nación?

Estos últimos cuatro días, con motivo del bicentenario, los poderes públicos están celebrando numerosos actos conmemorativos de la efeméride del 2 de mayo. Como es habitual dentro de la clase política, esta fecha se ha utilizado para manipular y tergiversar la historia. Esto es -al menos- como lo percibo yo desde Madrid, aunque imagino que ocurrirá algo parecido en otros lugares. Una actitud que se está viendo estos días es que la fiesta del 2 de mayo se está convirtiendo en una algarada patriotera, una especie de excusa para gritar "España" por las cuatro esquinas y llenarse la boca con el himno nacional.


Aquí, desde el cortijo televisivo de la condesa, se está gestando una serie llamada "2 de Mayo de 1808: el nacimiento de una nación". Aunque por lo general me parecen interesantes los programas dedicados a la divulgación histórica, por el título y los avances que pasan de vez en cuando por televisión me atrevo a asegurar que este espacio televisivo va a ser toda una patraña histórica. Me atrevo a vaticinar toda una trama de aventuras y heroicidades, con un sesgo españolista de los protagonistas del momento (Manuela Malasaña representada como heroína sacrificada por Dios y por España; una Regina Otaola decimonónica).
¿Fue el levantamiento popular del 2 de mayo una afirmación de la Nación Española?. Yo diría que no. La Nación Española de entonces -representada por los Borbones- se encontraba cómodamente en suelo francés, traicionando a los súbditos españoles (que todavía no se podían considerar ciudadanos). Asegurar que quienes se levantaron en Madrid contra el invasor francés lo hicieron por una conciencia nacional de España es, como poco, una manipulación histórica.
Los resistentes actuaron por su cuenta (ya que salvo excepciones, el ejército nacional y el clero se pusieron de parte de los traidores, como es habitual en la historia de nuestro país). Quienes combatieron las tropas napoleónicas lo hicieron desde el instinto pragmático de quien asiste a como un ejército imperialista irrumpe en casa para acabar con lo uno es. No hay patriotismo alguno en esa conducta, sino acaso, un apego por la forma de vida propia (absolutista, según la realidad de la época).
Es peculiar que 200 años después Napoleón siga siendo "el malo", pero Fernando VII pase a ser "el bueno" oficial. ¿Qué tiene que agradecer hoy España al "Rey Felón?, ¿al personaje más abyecto y traidor de la historia de este país?. Ciertamente, un rey que "ganó" la Guerra contra Francia mientras vendía este país a trozos y que luego "premió" a los resistentes con represión absolutista. ¿Es esa la idea que Esperanza Aguirre y sus acólitos tienen de España?, ¿es ese el "patriotismo leal" que nos exige hoy el PP?
De aquella época, prefiero quedarme con las Cortes Constituyentes de 1812. De aquel grupo de liberales que se atrevieron a empujar a este país por la via de la modernidad, sin aceptar la invasión de los "fanfarrones" (que se no pudieron atravesar la orilla del caño de Sancti Petri) y que luego fueron perseguidos por quienes vendían España a Napoleón (y aun así, han pasado a la historia como "los españoles de bien").
Para terminar, a modo de curiosidad, esta efeméride es interesante para recordar que fueron los habitantes de la Villa de Madrid quienes inventaron la "kale borroka", entendiéndola en su faceta más heróica y legítima (prescindiendo de la cafrada que la caracteriza hoy en las regiones "euscalerríacas"). La conclusión es que no hay nada nuevo bajo el sol...

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